201411.14

Voy a continuar con el momento del parto… En una revisión en la semana 40 vieron que Naya tenía poquito líquido, así que me tuvieron que provocar el parto.

No había otra opción, así que me preparé para estar horas y horas (36 concretamente), pero finalmente todo fue muy bien. Durante la dilatación, muy dolorosa, sólo caminaba y caminaba y pedí, como medida de analgesia alternativa, una pelota gigante de las que usamos en pilates.

A pesar del dolor, los movimientos y posiciones sobre la pelota me calmaban bastante, así que estuve bastantes horas pegada a la pelota, como si fuese mi mejor amiga… También me ayudaron las respiraciones para controlar el dolor durante las contracciones, esa respiración en forma de «vela» y el «chuchu» cuando eran más intensas que tanto me recordaban a las exhalaciones de pilates y gyrotonic.

Realmente ayuda y mucho el control sobre tu cuerpo: tu pelvis, tu caja costal y las respiraciones al dar a luz. Y una vez dilatada llegó el momento del expulsivo: en 3 empujones Naya ya estaba fuera y con nosotros. Verdaderamente me concentré en empujar desde los transversos, cerrar costillas con todas mis fuerzas y fue lo que menos costó!!! Ya estaba bien, después de tantas horas de trabajo de parto… Y en el momento de verla y tenerla en tus brazos, todo se pasa y se olvida…